En tiempo récord finalmente me dieron la visa ¿Quién iba a pensar que un proceso que, según los de la embajada, se extendería por 3 meses iba a llegar a su desenlace en solo 6 semanas? ¿Eficiencia alemana? ¿Suerte? Wer weiß?
Y es así como el tiempo acá se va de mis manos. Como la incertidumbre toca a mi puerta y me hace dudar de todo, incluso de mí mismo. Como los miedos y las penas llegan y la tristeza se asoma por la ventana.
A veces me pregunto cómo es que a otras personas las cosas se les hacen tan fáciles. Me pongo a pensar en todo lo que pasé en tan poco tiempo y en lo solo que me han dejado aquellos que consideré en algún momento de mi vida esenciales. Pienso en los platos rotos ajenos que tengo que pagar a mi corta edad y en lo mal que obró la gente en todo sentido.
Y es así como me iré: con un padre ausente, con una madre que no sé qué será de ella, con «amigos» que me han soltado la mano en mi peor momento, con familiares que solamente sirven para las fiestas y los velorios, con nada...
Derramo lágrimas por la vida que dejaré atrás pero realmente, ¿qué es lo que me ata a este lugar? ¿Las memorias? ¿Se puede vivir sólo de memorias? No hacen más que hacerte añorar algo que ya no es más.
Sólo espero algún día volver, volver y asentarme de nuevo. Redescubrir este hermoso país y en especial a aquellos que aún pese a la distancia estarán felices de verme de nuevo.
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