El desayuno alemán

«Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo»

Algo por lo cual agradezco infinitamente es por el desayuno que se toma por estos pagos: el famoso «Desayuno Alemán».

Ya desde la primera vez que había venido acá me había gustado y esta vez lo volví a confirmar. El desayuno alemán a diferencia del que se toma en Argentina (que está dentro del tipo «continental») es un poco más cargado pero te aporta todas las energías que se necesitan para arrancar el día, especialmente en aquellos días de invierno donde el cuerpo te exige más. Además es una fuente importante de vitaminas y fibra.

Vale aclarar que no se asemeja para nada al típico desayuno inglés en donde se come salchicha o morcilla asada, huevos, panceta, hongos, porotos, tomates asados y té, de hecho todo lo contrario. El desayuno alemán se basa en una infusión que puede ser un café con leche, cappuccino o una tasa de té, distintos tipos de pan, distintos tipos de queso, müsli (granola), yogur, jugo de naranja, schorle y algunos fiambres. A la versión del fin de semana se le pueden agregar pancitos pequeños (Brötchen), huevos hervidos, salmón ahumado y/o panceta.    

Variedad de panes

Obviamente no se come todo todos los días. Se va alternando la comida lo que permite tener un poco de variedad y no desayunar siempre lo mismo. Lo que más me gusta es la variedad de panes que se pueden comprar. A diferencia de Argentina donde consumimos principalmente del tipo francés, acá el pan se suele comprar por horma entera o ya rebanada y hay una infinidad de variedades por elegir. Pan de harina de trigo, centeno, con semillas, con avena, pan integral, pan negro y probablemente me esté quedando muy corto con la lista...

Otro punto a favor es la cantidad de quesos disponibles y baratos para comprar. Y es acá donde me pregunto por qué en Argentina, que en teoría es  un país ganadero, ¡nos sale TAN CARO el queso! Cuando estábamos en casa quisimos de alguna manera tener una variedad de quesos para comer y se nos iba el presupuesto al carajo.

Me gusta mucho desayunar de esta manera. Igualmente creo que con el tiempo voy a ir alternando y adaptando el desayuno a mis necesidades y a mi background cultural. No por algo nos trajimos tres mates, dos de madera y uno de calabaza, y 1 1/2 Kg de yerba... :)

Ya encontramos negocios en Colonia y Bonn donde venden productos argentinos así que no nos va a faltar dulce de leche, yerba ni tapas de empanadas. Igual vale la pena aclarar que no soy muy fan de lo dulce así que a mí no me afecta tanto. La función del dulce de leche se asemejaría acá de alguna manera al Nutella, una pasta de chocolate y avellanadas que es UNA BOMBA y que por suerte no suelo ingerir asiduamente. El tema es que aún no encontré el pan adecuado a mi paladar para poder comerlo y decir «wow me encanta» aunque de vez en cuando alguna que otra cucharadita me manduco cuando no me ven.

Algo más por mencionar son los schorle. Técnicamente el schorle es jugo, siendo el más popular el de manzana, mezclado con agua mineral gasificada y sin azúcar. Se venden en botellas plásticas como cualquier tipo de gaseosa y es una bebida muy típica de acá. En casa intentamos emularlo mezclando soda con Cepita, a la Ser sin gas sabor manzana o a la Aquarius pero no hubo caso. El sabor es distinto, es intenso y se asemeja al jugo de manzana posta y hasta ahora en Argentina no lo encontramos ni pudimos igualarlo.

Hoy 29/06 nacieron nuevos pollitos

Muchos productos son biológicos o naturales lo que está bueno ya que uno se puede asegurar que el sabor y la calidad de los mismos son óptimos. Cuestan un poco más pero vale la pena comprarlos ya que no se debería escatimar en la calidad de los productos que uno ingiere. Sumado a esto tengo la suerte de que mi suegra tiene animales y arbustos frutales por lo que comemos muchos productos caseros y naturales. Sí, a veces da cosa pensar que el pollo que estás comiendo para el almuerzo o la cena pudo ser uno de los que estaban paseando en el jardín trasero, sin embargo la calidad y el sabor son indiscutibles. Lo mismo sucede con la mermelada casera que se hace de las frutillas, grosellas o de las fresas, obviamente dependiendo de la temporada.

Mi mujer me dijo que para principios de otoño vamos a ir al bosque a buscar hongos y arándanos. No veo la hora de que llegue ese momento y sentirme como Heidi en medio de los alpes.   

Como dice el refrán: «A panza llena, corazón contento»