FECHA REAL: 22 de septiembre de 2012 (18 hs CET - Hora central europea)  

En este mismo instante pero hace tres meses atrás estaba sobrevolando el Canal de la Mancha para finalmente arribar a Bruselas y luego a la casa, la cual haría de hogar hasta el día de hoy. Al meditar un poco es increíble ver lo rápido que pasa el tiempo y la cantidad de cosas que se pueden vivir/hacer en tan pocos meses.

Realmente me siento cómodo en este «nuevo mundo», aún no llegó el añoro por la patria atrás dejada, aunque sé que tarde o temprano voy a caer en la situación en donde lo único que voy a querer hacer es tomarme el primer avión con destino a Buenos Aires. Eso sí, extraño escuchar el idioma castellano. Esa cotidaneidad que tenés todos los días al escuchar a la gente hablar, la radio o la televisión no está más, y si bien lo hablo diariamente con mi mujer aún no es lo mismo ni suficiente. En el fondo también es algo de «perdida de identidad», aunque también depende de cada uno ceder o no.

Mar del Norte
Desde la última vez que escribí pasaron un par de cosas. Un sábado de agosto, cálido y soleado, madrugamos y tomamos el tren hacia la costa de Bélgica. Pasamos el día repartidos entre Ostende y un pueblito costero llamado De Haan. Algo que me pone muy contento es el mar. Muy pocas veces mi humor se ve opacado cuando estoy en la costa. No sé, es algo que me da alegría y me hace sentir bien. Esa inmensidad gigante y el sonido de las olas en el infinito me contentan el alma. Más aún cuando el día acompaña. Si bien hubo mucha gente, la marea estaba alta y había medusas, el día estuvo genial y fue la mejor forma de despedir el verano que lentamente comenzó a migrar al hemisferio sur.

©Fenrir
Mi curso de alemán comenzó a finales de agosto. El hecho de cursar todos los días le inyectó a mi vida esa rutina que le faltaba. Solo y haciéndome hueco entre la gente rápidamente conocí a un par de personas con las cuales hoy sigo teniendo contacto. No son mis amigos, sería muy rápido catalogarlos de esa manera aunque espero que con el tiempo y obviamente el interés de ambas partes pueda desarrollarse algo más. Es también muy interesante el hecho de codearse con extranjeros y conocer parte de su cultura e idioma. Más interesante es aún el saber que todos estamos más o menos por lo mismo en Alemania y que el único idioma que tenemos en común (además de en algunos casos el inglés y las lenguas maternas) es el alemán. Al contrario que con la gente nativa, con ellos puedo hablar y equivocarme sin problemas y al mismo tiempo saber que de una forma u otra me voy a hacer entender. Con los locales aún aflora esa vergüenza al hablar mal y tener miedo a equivocarse. Me cuesta más. Paralelamente comencé a descubrir la ciudad por mi cuenta: yendo con el colectivo, comprando, preguntando cuando algo no estaba claro, explorando calles, equivocándome, etc. Y es así como uno ante ciertas situaciones se va haciendo: a los golpes y caídas.

©Fenrir
Mi curso terminó la semana pasada y este martes comienzo con el siguiente pero en otra institución. Por cuestiones financieras me cambié de instituto y ahora, a diferencia del anterior curso, tengo clases dos veces por semana por la noche. Decidí esto principalmente para poder liberar el tiempo durante el día con el propósito de trabajar. La búsqueda es un poco difícil, no solo porque no abundan las posiciones por las cuales estoy interesado sino porque uno también cuenta con el estigma de ser extranjero. Por el momento estamos adecuando mi currículum y escribiendo una carta de presentación para adjuntarla  en cada aplicación. Se complica un poco cuando no sabés todavía cómo expresar las ideas que tenés en la cabeza y cuando querés traducir palabras técnicas que no se utilizan en el día a día y que muchos «terrestres» ignoran ya que no están relacionadas con sus profesiones. Ante esto, mi consejo de amigo es que nunca usen el Google Translator para traducir cosas serias. No solo algunas veces no existe la palabra que querés traducir sino que también, cuando la traduce, de todos los significados que te muestra el primero es incorrecto...

En sí estoy contento porque las cosas están caminando. No nos quedamos sentados esperando a que caiga una solución para todo desde el cielo. Lentamente vamos sorteando las dificultades burocráticas y que la misma vida nos va poniendo en frente, aunque a veces, bajar los brazos y echar culpas resulta muy tentador. 

Me vuelvo a repetir: estoy cómodo y por el momento me gusta vivir acá. Mi personalidad y muchas de mis ideas se encuadran con varios aspectos del sistema pero inevitablemente me invade en algunas oportunidades un sentimiento de tristeza e impotencia al preguntarme por qué esta forma de vida, de bienestar, de organización o de respeto por el otro (o cualquier otra palabra que el lector piense) no puede ser replicado del todo en mi tierra natal.

1 comentarios:

  1. Y es que es muy distinto en todo sentido vivir allá que acá Ale, en muchas cosas lamentablemente no es igual acá... Sobre todo porque acá el respeto falta de hace tanto tiempo. Te quiero mucho a vos y a Selina, y me encanta que te expreses por este medio es una forma de desahogo de las cosas que te van surgiendo. Cuando hablamos por Skype, soy una persona más que podes usar para seguir hablando nuestro idioma natal. Adelante que todo va ir bien! Son mis deseos desde acá. Y obviamente dentro de un tiempo no muy lejano poder irlos a visitar, ojalá, avisándoles que ya tengo el título bajo el brazo.

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